Esta afección se caracteriza por un patrón de uso patológico continuo de un medicamento o estado de drogadicción, que resulta en consecuencias sociales adversas repetidas en relación con el uso de drogas, tales como la incapacidad de cumplir con las obligaciones laborales, familiares o escolares, conflictos interpersonales o problemas legales. Aún se debate sobre las diferencias exactas entre el abuso de sustancias y la drogodependencia, pero las prácticas estándares distingue una de la otra al definir la dependencia de sustancias en términos de los síntomas fisiológicos y de comportamiento del uso de sustancias, y al abuso de sustancias en términos de las consecuencias sociales del uso de sustancias.2
El abuso de sustancias puede llevar a la adicción o dependencia de sustancias. Médicamente, la dependencia fisiológica requiere del desarrollo de tolerancia fisiológica que lleva a síntomas del síndrome de abstinencia. Tanto el abuso como la dependencia son distintas de la adicción, que involucra una compulsión por continuar usando la sustancia a pesar de las consecuencias negativas, y puede involucrar o no la dependencia fisiológica. La dependencia casi siempre implica el abuso, pero el abuso ocurre frecuentemente sin dependencia, particularmente cuando una persona empieza por abusar en el consumo de una sustancia. La dependencia involucra procesos fisiológicos, mientras que el abuso de sustancias refleja una interacción compleja entre quien abusa de sustancias, la sustancia de la que se abusa y la sociedad
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